Veinticuatro meses después, cuatrocientos dibujos con texto y mucho tiempo dedicado sobre la mesa fría y caliente, en la que se fracturaron los lápices al afilar o lijar su punta y mis manos se volvieron color ladrillo y sepia, a veces mi camisa también. Respiré su polvo y aspiré el olor de la laca que fija las partículas. Manoseé los libros como reliquias. Setecientos días después continuo.
Bonne année 2024 sous le signe du dragon
Hace 5 semanas